lunes, 13 de febrero de 2012

El Pulpo Ledesma

publicado a las 5:11 by fulano/martínvillarroel



















































En la ciudad de Libertador General San Martín, provincia de Jujuy, opera hace más de cien años la empresa Ledesma. Es tan monstruoso su poder que hasta al pueblo se lo conoce con el nombre de Ledesma también. Y como la historia del poder está estrechamente relacionada con la historia de las injusticias, fuimos hasta allí a conocer más de cerca la trágica historia de este pueblo sin siquiera imaginar con lo que nos íbamos a encontrar.

Ledesma es una compañía agroindustrial propiedad de la familia Blaquier-Arrieta, dedicada principalmente a la producción de azúcar y papel, aunque hace algunos años viene sumando cítricos y carnes de exportación y ahora agrocombustibles. Esto la ubica entre las principales exportadoras del país y de las de mayor facturación de toda argentina. Hasta aquí parece una corporación modelo, “comprometida con el desarrollo del país” como dice su folletito y generadora de miles de fuentes de trabajo. Pero no hace falta rascar mucho para encontrar la mugre. Ahí vamos.

Bienvenidos a Ledesma

La bienvenida a Libertador nos la da un operativo policial que simulaba ser contra el narcotráfico pero que luego nos enteramos es de inteligencia de la empresa. A Ledesma le gusta saber los movimientos de todo el pueblo, abarcarlo todo. Desde hace décadas funciona dentro las instalaciones del ingenio un destacamento especial de gendarmería, que no cuida las fronteras ni la soberanía, sino que protege la propiedad y los intereses privados de la compañía. Cuenta también con un control absoluto sobre la policía local y su propia cuadrilla de guardias armados. Además, claro está, de fiscales, políticos y jueces dóciles que completan el dique de temor y disciplinamiento sobre la población.

Hasta hace unos meses todos los sindicatos de la empresa estaban subordinados, pero hubo un histórico cambio de directiva en uno de ellos que trajo alguna esperanza de cambio a los trabajadores. Tanto en Libertador como en el pueblo contiguo Calilegua, la empresa es la principal fuente de trabajo privado (sin contar los planes del estado para parchar el desempleo). Directa e indirectamente domina todo el mercado laboral presionando a quienes se resisten, imponiendo precios y fijando condiciones.

El Pulpo le dicen los pobladores para referirse a Ledesma sin tener que nombrarla. Al Pulpo y sus tentáculos no se le escapa nada, conoce quién es quién, qué piensa y qué hace.

Cómo se construye un feudo

Al principio decíamos que la historia del poder no se puede interpretar sin la historia de las injusticias. Si repasamos la historia de cualquiera de las grandes empresas argentinas, todas fueron construidas con la sangre de los más humildes, con el despojo ilegítimo de sus riquezas, con el endeudamiento de la nación y con la explotación de sus trabajadores. Ledesma no es la excepción.

El ingenio está asentado sobre tierras que pertenecen y fueron arrebatadas a las comunidades originarias de la zona. El Pulpo se apropió de la tierra y de todo lo que había allí, sembrados, ríos, montes, todo. Incluso se adueñó de las comunidades indígenas campesinas que fueron usadas como mano de obra esclava en el ingenio. Son realmente impresionantes las fotografías de esa época, donde los capataces y empresarios posan arrogantemente con los indígenas, llevando el “progreso” y “desarrollo”.

Todos los miembros de la familia eran obligados a trabajar a cambio de algo de comida y el trago. Vivían hacinados en pequeñas chozas, o varias familias compartían un galpón que separaba las viviendas con cortinas. Sin acceso al agua, ni atención médica, ni educación. Sin siquiera ser dueños de sus vidas.

Así Ledesma empezó a crecer en tamaño y poder, convirtiendo la provincia de Jujuy en un feudo, con un enorme peso político y económico en todo el país. 

Hoy el Pulpo tiene en su haber unas 150mil hectáreas en Jujuy de las que sólo explota unas 40mil. Además de tener varias hacienditas en Buenos Aires (de 25mil hectáreas), Entre Ríos (de 27mil hectáreas) y otras tantas en San Luis y Salta, y un patrimonio neto (declarado por ellos) de 1060 millones de pesos. También se puede nombrar la lujosa mansión de 17mil metros cuadrados en la zona más exclusiva de San Isidro o los siete yates apostados en Punta del Este valuados en 50 millones de pesos. Hasta la mansión que se utiliza como casa de campo en Libertador se llamaRosadita, en alusión a la Casa Rosada (la sede del poder político argentino).

El familiar

Hay un mito entre los pobladores que dice que para que las cosechas sean buenas y el trabajo no falte, cada año hay que darle una persona al Familiar. El dueño del ingenio se reúne con el diablo y pacta un sacrificio. A veces en forma de perro feroz otras veces en una sombra siniestra, el Familiar viene y se lleva un trabajador. De esta manera Ledesma se deshizo de todos los trabajadores que molestaban con sus reclamos y no obedecían, o simplemente usaba la imagen del Familiar como amenaza y terror sobre sus empleados. Hasta el día de hoy, cuando pasa algo inexplicable reaparece la idea del familiar.

La estrategia del apagón

Las conquistas sociales de mediados del siglo XX nunca llegaron a Ledesma. Las condiciones de trabajo y de vida seguían siendo miserables. Entonces algunos trabajadores empezaron a organizarse, discutir y reclamar.

Uno de ellos fue el Dr Luis Aredez, el médico del sindicato, que empezando a trabajar con las familias de los trabajadores, intentó disminuir la descomunal mortalidad infantil, denunció los efectos del bagazo y exigió un hospital para el pueblo. Eso le valió el despido del ingenio, la persecución, el arresto, la golpiza y la amenaza de no volver nunca más. Aredez hizo caso omiso y volvió a trabajar con los empleados de Ledesma por fuera de la empresa. Creía importante llevarle salud a esa gente olvidada que quemaba su vida cosecha tras cosecha. Allí fue electo intendente de Libertador y siguió con sus reclamos y denuncias. Hasta logró que por primera vez en la historia la empresa pague los impuestos municipales.

Libertador también acompañaba el clima de efervescencia política y social que se vivía en el resto del país. La empresa no tardó en trazar alianzas con el poder político nacional para desmantelar la “amenaza comunista” y a los “extremistas”. El Pulpo aplaudió el golpe de estado de 1976 porque la cosa se le estaba yendo de las manos y la democracia no parecía ser rentable. Ledesma pagaba notas periodísticas a medios norteamericanos para defender la reputación del Proceso de Reorganización Nacional llevado adelante por la junta militar. “El problema de los países en desarrollo es que la mayoría de sus votantes son subdesarrollados” dijo hace poco Blaquier, el presidente de Ledesma, consultado sobre la última dictadura militar.

Ya desde el año 1974 la empresa otorgaba listas de sospechosos a la Triple A (alianza anticomunista argentina, organización paramilitar de ultraderecha). Pero fue durante las frías noches de julio de 1976 donde se llevó adelante la estrategia del apagón. Se trata de un corte general en la electricidad del pueblo y un operativo en conjunto del ejército y la policía provincial para allanar y secuestrar a estudiantes, dirigentes políticos, sindicales y todos los que se creía podían colaborar con la resistencia o simplemente no se querían callar las injusticias. Así fueron llevadas cerca de 400 personas a centros clandestinos de detención, donde fueron torturadas y asesinadas en su gran mayoría. Entre ellos el Dr Aredez que sigue aún desaparecido.

Los operativos se hicieron con el aval y el apoyo de la empresa, dando la información de los objetivos, facilitando las camionetas y los galpones propiedad de Ledesma donde fueron trasladados y torturados. Como cuenta la propia Olga Marquez de Aredez en su relato a laCONADEP“mi hijo Ricardo vio desde su ventana del dormitorio, cómo su padre era cargado por una acción conjunta de la policía de la provincia y la gendarmería nacional (…). Mi marido fue cargado en la parte trasera de una camioneta con el logotipo de la Empresa Ledesma impreso en las puertas del vehículo. La camioneta era conducida por un empleado de la propia empresa.” 

Sembrado el terror, el Pulpo volvió a gobernar con tranquilidad Libertador.

Una de las únicas voces, pequeña pero sin vacilar, que se levantó contra el accionar de la empresa y la impunidad fue la de Olga Marquezde Aredez. Con un pañuelo blanco y una pancarta empezó a realizar rondas en la plaza del pueblo. Ella fue la primera en los reclamos por verdad y justicia. Ella fue la promotora de La Marcha del Apagón para mantener encendida la memoria de los compañeros y compañeras desaparecidas y denunciar la complicidad del Pulpo. Ella fue la que inició las demandas por desapariciones, por el terrorismo de estado y la complicidad empresarial. También fue la primera en denunciar en la justicia la contaminación de Ledesma. Paradójicamente, Olga murió hace unos años de bagazosis, una enfermedad producida por la contaminación de la empresa. Su imagen de luchadora incansable sigue viva en la gente de Libertador.

Hoy es CAPOMA, una organización de derechos humanos que lleva el nombre de Olga, la que sigue y renueva esa y otras luchas. Fueron las compañeras y compañeros de CAPOMA, sin duda una de las organizaciones más activas en la dura realidad jujeña, los que nos alojaron amablemente y nos compartieron de sus vivencias y resistencias. Lamentablemente las entrevistas realizadas con ellos quedaron dentro de la cámara que nos robaron, por lo que mucha información valiosa y datos precisos se nos extraviaron. Eso seguramente aliente un nuevo encuentro para rehacer lo perdido.

“Ledesma y la conservación de la diversidad biológica”

“Ledesma participa activamente de la conservación de la rica diversidad biológica de la región, convencida de que es posible compatibilizar el crecimiento productivo con el cuidado del medio ambiente” dice cínicamente un panfleto de la empresa.

El bagazo es el residuo de la caña de azúcar que se acumula sin ningún tipo de reparo a cielo abierto, en la entrada del ingenio. Una enorme montaña de toneladas de bagazo (parece un cerro natural) que hasta hace poco se podía ver desde la ruta, por suerte ahora han colocado unos arbolitos que la disimulan un poco. El bagazo es un polvo que produce una gran cantidad de enfermedades pulmonares y respiratorias, entre ellas la bagazosis que es letal.

También está el temita de los piletones de residuos de la industria papelera que se vierten al río San Francisco; el cloro utilizado para blanquear la celulosa; las enormes chimeneas que emanan los gases del proceso químico del papel, el azúcar y los citrus; los productos tóxicos que se libran al aire como soda caústica y ácido sulfúrico; el monocultivo de caña modificada genéticamente, etc.

Cientos de juicios y demandas se han realizado sobre la contaminación y las enfermedades laborales en Ledesma. La respuesta siempre son informes ambientales financiados por el Pulpo, la complicidad ciega del aparato judicial y un rumor de cierre de la empresa. Con ese rumor se genera el miedo en la población que prefiere callarse a perder el trabajo.



Una mancha más al tigre

Como es de esperarse, las gigantescas ganancias de Ledesma no se traducen en riqueza para el pueblito de Libertador. El índice de pobreza y desocupación es uno de los más altos del país, generada por el trabajo precario de la zafra y por la tecnificación del ingenio. El Pulpo se jacta de tener un nuevo modelo de cosechadora de la caña de azúcar manejada por un solo operario que reemplaza y agiliza el trabajo de unos 20 cañeros.

Además del desempleo, existe hay una alarmante crisis de vivienda que se fue abultando a medida que fueron pasando los años. Todo Libertador está encerrado, rodeado de las plantaciones de caña propiedad Ledesma, por lo que no se puede construir  nada nuevo sin la bendición del Pulpo.

“Tierra, Trabajo y Vivienda” fue el principal reclamo en los cortes de ruta en los 90s y que fue ignorado desde el poder político y desde Ledesma. El pueblo de pie fue perdiendo el miedo alPulpo y animando a organizarse. Así se sucedieron las primeras ocupaciones de terrenos, donde los habitantes se metieron en predios de Ledesma, expropiaron y construyeron sus propios barrios.

Se calcula que con sólo 40 hectáreas se puede dar solución a la crisis habitacional de todo el pueblo. Ledesma tiene en su haber más de 150mil hectáreas de las cuales explota una cuarta parte.

En julio del 2011, a 35 años de la noche del apagón, varios centenares de personas cansadas de esperar ocuparon terrenos de la empresa para construir allí sus ranchitos. Apenas 17 hectáreas. Como en sus años de oro, la respuesta del Pulpo fue una brutal represión a cargo de los guardias privados y de la policía provincial que se cobró la vida de cuatro personas. Y como todas las causas en las que se nombra Ledesma S.A., no hubo avances.

David y Goliat

Libertador General San Martín es sin duda un pueblito tranquilo, amable, que como toda localidad del interior mantiene el saludo y la sonrisa, el mate en la vereda y las puertas sin llave.

Pero hay algo en el aire, una especie de sombra tensa en el ambiente, que hace callar muchas cosas, olvidar otras tantas y apretar los dientes. Es el miedo. El miedo que utiliza y utilizó desde siempre la empresa Ledesma para controlar y mantener su hegemonía. El miedo como estrategia tomando múltiples formas: el familiar y los pactos con el diablo, la agresión a la vida y la contaminación descarada, la explotación de sus trabajadores, el asesinato y desaparición durante la última dictadura militar, la apropiación de tierras a comunidades originarias, el manejo total de la justicia, la represión, la persecución, las amenazas y la alianza con el poder político y los gobiernos de turno, sean elegidos democráticamente o no. Hoy Ledesma es uno de los principales socios del gobierno “progresista” de Cristina F. De Kirchner, el gobierno de los derechos humanos, de lo nacional y popular. El miedo es la principal fuente de poder del imperio Ledesma, alimenta y agiganta el Pulpo.

Pero hay una cada vez más grande camada de gente, jóvenes sobre todo, que le van perdiendo el miedo. Por eso en realidad Ledesma es tan débil: el miedo una vez roto, no hay vuelta atrás. Y cada vez que los vecinos se animan a juntarse, a organizarse, a discutir su realidad y actuar, le están faltando el respeto al poder y destruyendo sus cimientos. “Goliat solo pudo ser derrotado con la piedra de un niño”.

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