martes, 3 de noviembre de 2009
otro inútil tres de noviembre
publicado a las 3:33 by fulano/martínvillarroel
Crónica de un viernes negro
Era un viernes pegajoso. El sol pegaba duro en noviembre. Salí rápido a clases, medio dormido y sin desayunar porque tenía prueba de lengua con una de las señoritas más temidas de aquel lejano sexto grado. Me senté en un banco que daba a la ventana del patio y me puse a escribir. Se venía el primer recreo y yo estaba por entregar la prueba.
Era un viernes pegajoso. El sol pegaba duro en noviembre. Salí rápido a clases, medio dormido y sin desayunar porque tenía prueba de lengua con una de las señoritas más temidas de aquel lejano sexto grado. Me senté en un banco que daba a la ventana del patio y me puse a escribir. Se venía el primer recreo y yo estaba por entregar la prueba.
Eran las nueve de la mañana y un estruendo nos quebró la historia en dos. Los vidrios se vinieron encima y todo se movió. Todo. Gritos lejanos y sordos. Salgo al patio corriendo (ahora todo será correr, escapar…) y veo un bloque de humo negro que divide totalmente el cielo. Hasta ahí quedaba cierta inocencia como para hacer algún chiste y desinflar la situación. Pero otra estampida me tira al suelo y esa inocencia se va. Soy un niño aterrorizado en el piso que busco en los rostros de mis compañeros alguna explicación.
Los truenos no cesan, sólo resta correr instintivamente para el otro lado. Vivo a dos cuadras del colegio, en la calle me cruzo a mi vieja que me buscaba. No recuerdo ningún diálogo en ese corto trayecto. Cruzando la 12 de octubre vemos en el medio del asfalto un misil. Y ahí si sentí miedo de verdad. Me paralicé. Ya no era cualquier humo en el cielo: eran bombas. Ya no era algún peligro: eran las fabricaciones militares. En mi cabeza miles de preguntas y miedo, miedo real. Y mis viejos con las mismas dudas que yo. Si saber qué, cómo, por qué.
Terrorismo de Estado
Hoy se cumplen catorce años de las explosiones de Río Tercero, en donde volaron por lo aires las instalaciones de Fabricaciones Militares, llevándose la vida de siete inocentes. La justicia en un primer momento dijo que fue un accidente. Pero los que no somos doctores en letras (ni tenemos los negocios que ellos tienen) sabemos a la perfección que fue un acto premeditado. Que hubo alguien que necesitaba esconder pruebas y evidencias del tráfico ilegal de armas llevado a cabo por el gobierno. Que hubo otro alguien que tiró la idea de hacer volar un pueblo. Y hubo varios alguienes más que lo planearon y ejecutaron. También sabemos que todos los alguien tienen nombre y apellido . Que fueron nuestros representantes y funcionarios públicos los culpables de este acto de terrorismo de estado (menem y su pandilla).
Hoy se cumplen catorce años de las explosiones de Río Tercero, en donde volaron por lo aires las instalaciones de Fabricaciones Militares, llevándose la vida de siete inocentes. La justicia en un primer momento dijo que fue un accidente. Pero los que no somos doctores en letras (ni tenemos los negocios que ellos tienen) sabemos a la perfección que fue un acto premeditado. Que hubo alguien que necesitaba esconder pruebas y evidencias del tráfico ilegal de armas llevado a cabo por el gobierno. Que hubo otro alguien que tiró la idea de hacer volar un pueblo. Y hubo varios alguienes más que lo planearon y ejecutaron. También sabemos que todos los alguien tienen nombre y apellido . Que fueron nuestros representantes y funcionarios públicos los culpables de este acto de terrorismo de estado (menem y su pandilla).
Derrota
Hoy seguramente se realice una nueva marcha buscando Verdad y Justicia. La causa está encajonada en algún oscuro armario de los Tribunales Federales. Los responsables siguen sueltos. En una ciudad de cuarenta mil personas, habrá unas seiscientas que caminen las quince cuadras de la manifestación. Con suerte, no llueve y el partido lo pasan más tarde. Y no puedo evitar llorar cuando pienso en la derrota. No quiero, me rehúso a sentirme vencido. Seguramente hoy vuleva a ser noticia en algunos diarios, y después se vuelva a callar otro año hasta un nuevo aniversario mudo que nos recuerde lo que nos pasó, lo que nos dejamos pasar.
Hoy seguramente se realice una nueva marcha buscando Verdad y Justicia. La causa está encajonada en algún oscuro armario de los Tribunales Federales. Los responsables siguen sueltos. En una ciudad de cuarenta mil personas, habrá unas seiscientas que caminen las quince cuadras de la manifestación. Con suerte, no llueve y el partido lo pasan más tarde. Y no puedo evitar llorar cuando pienso en la derrota. No quiero, me rehúso a sentirme vencido. Seguramente hoy vuleva a ser noticia en algunos diarios, y después se vuelva a callar otro año hasta un nuevo aniversario mudo que nos recuerde lo que nos pasó, lo que nos dejamos pasar.
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